Para el especialista en temas hídricos, Nicolás Pineda Pablos lo que ocurre en esta región es parte de una realidad que se vive en todo el país
Sonora vive uno de los momentos más críticos en su historia en cuanto a disposición de agua en las presas, debido a que no se han tenido precipitaciones importantes en los últimos años, lo que agudiza aún más la sequía.
Para el especialista en temas hídricos, Nicolás Pineda Pablos lo que ocurre en esta región es parte de una realidad que se vive en todo el país, pues existen varios elementos que intensifican la falta de lluvias y por ende la disponibilidad de ese recurso.
Actualmente el sistema de presas concentra apenas el 9% del total de capacidad que se tiene de esas estructuras para almacenaje de agua, uno de los más bajos en décadas, recordó el también investigador de El Colegio de Sonora (Colson).
“Sobre la situación de las presas que enfrenta Sonora y buena parte del país, este estado está en una situación crítica en materia de recursos hídricos, es efecto de la sequía y cambio climático, pero también es una oportunidad para mejorar la gestión del agua, tanto en el estado como a nivel nacional”, expresó.
Ante este panorama, comentó que urgen reformas legales e institucionales sobre el tema para que se desplieguen esfuerzos orientados al cuidado del agua y de optimizar su uso, principalmente en el campo.
“La perspectiva ante la situación de baja disponibilidad o de esta especie, que se nos seca las presas, es que dependemos de los mantos acuíferos, la disponibilidad de agua subterránea, eso es muy claro en Hermosillo y bueno, a nivel urbano. Pero lo que más afecta la baja disponibilidad en las presas es en la agricultura, hay que ver con las autoridades cuál es el plan de cultivos para el próximo año”, sostuvo.
Otro punto importante que resaltó es que, a pesar de que la presa de El Novillo apenas tiene un 11% de su almacenaje, por el momento no es problema para que siga el trasvase del líquido a Hermosillo mediante el Acueducto Independencia, pues el nivel establecido es menor al que se tiene todavía.
Es sabido por todos que los embalses como El Molinito y la Abelardo L. Rodríguez en esta capital no tienen prácticamente agua, pero se mantiene el abasto del subsuelo, de ahí que las autoridades han logrado prestar el servicio de distribución sin mayores contratiempos.
“Qué se debería hacer si se acaba el agua superficial, las ciudades pueden depender de la subterránea. Urge mejorar la gestión del agua, tenemos que hacer una gestión integral por cuencas, ver qué tanta agricultura queremos, porque consume casi el 87% del agua, no es ni siquiera la que genera la cuarta parte del producto interno bruto, al haber cultivos que derrocha mucha agua, cambiar cultivos y sistemas de riego tecnificado, entre otras acciones para que no se pierda tanta agua”, finalizó.